FELIZ 2023...! COMO SIEMPRE !

Quizás el año viejo que abandonamos sea  el final de algunas cosas más que dejamos atrás. Quizás una pandemia inesperada, interminable, que todavía deja huella.  Una crisis no sólo económica, una post-pandemia larga...Quizás muchos miedos, demasiadas soledades. Y como siempre todo ello formando parte de algo  que nos gustaría olvidar. Deseos que, también como siempre, dejamos al destino caprichoso del año que entra, el 2023,  en el cual la  mayoría de los mortales depositamos nuestros deseos de mejorar, prosperar y olvidar.

Y una vez más sentimos que nuestro esperanzador futuro depende de un cambio de cifra en nuestros calendarios. Las uvas de la suerte, la ropa interior de color rojo, las lentejas, el cava disparando a presión sus alegres burbujas, la tensión de los cuartos que suenan en los relojes de las televisiones, y notar como segundo a segundo estas entrando en un nuevo año conforme vas llenando tu boca de uvas que cada vez son más complicadas de masticar y tragar. Quizás esa sea la metáfora del año nuevo respecto a las doce uvas ; lo empiezas con ganas y liberado de tensiones, y acabas atragantándote y esperando al siguiente. Ese es el mismo proceso desde la primera  uva hasta la última.

Pero qué sería de nuestras vidas si ni la fé nos diera un toque de esperanza, ni el Año Nuevo, ni la Noche Buena. Serían más tristes?, estaríamos más solos?, o crearíamos  una nueva estrategia para colmar nuestra falta de esperanza?

No hay mejor fé que la que se tiene por prescripción facultativa, porque sí, sin más, porque la necesitamos. De esta fé no esperas nada y nunca te falla.

Si los encuentros en Año Nuevo y Navidades en general sirven, aunque solo sea, para reflexionar, decirnos cosas que durante el año no creemos necesario decirnos, sentir pena por alguien, ayudar , dar ánimos a alguien, vernos un rato y compartir. Aunque sólo sea por eso ya habrá valido la pena celebrarlas y tendrá más sentido que Jesús , en el pesebre, se ría porque estamos alegres.